martes, 6 de diciembre de 2016

Errores técnicos

El fin de semana fuimos testigos de dos partidos definitorios correspondientes al campeonato nacional. El primero lo protagonizaron Melgar vs. Universitario de Deportes. Fue sorpresivo el arranque de los cremas, quienes tenían que ganar a toda costa ya que arrastraban la derrota en Lima.
Universitario marcó una diferencia- al inicio del partido- en cuanto a obtener un resultado positivo, el cuadro local apareció como confiado frente a un adversario que había superado como visitante. La diferencia se concretó y antes de terminar el primer tiempo Universitario ganaba 2-0 y era merecedor del resultado ya que había apostado muchas energías en cuanto a recuperar el balón y a jugarlo rápidamente. Todo lo obtenido con gran esfuerzo debía ser cuidado de forma inteligente durante el segundo tiempo.

Sin embargo las cosas no sucedieron así. Estaba más que claro de que Melgar iba a "poner toda la carne al asador" desde el reinicio del partido. Por cuanto el club merengue debía realizar cambios técnicos, aprovechar los espacios que brindaría el contrario en sus intentos ofensivos, defenderse formando un equipo compacto y con profundidad defensiva. La "banca" crema funcionó tarde y mal; no sólo por los cambios tardíos sino que ningún accionar del comando técnico generó el "cuidado" de un resultado que le era favorable. Todos sabemos de los estragos de la altura y está de más asumir que los cambios iban a brindar ese "aire" que hacía falta.En cambio la realidad era diferente para los locales quienes tenían en Juan Reynoso a un técnico deseoso de revertir el resultado. Melgar sorprendió fallando un penal al poco iniciar el segundo tiempo. esta situación no sirvió de estimulo ni psicológico ni físico para los cremas, quienes daban muestras de fatiga y cansancio. Sólo "marcaban" a sus rivales con la vista, nada más. El primer tanto arequipeño generó un shock que permitiría imaginar la pronta llegada del empate. Así sucedió y Melgar de Arequipa rotó el balón con tranquilidad hasta buscar aquel "hueco" que le permita penetrar la defensa de la "U". Melgar logró un empate que se veía venir sin que nadie intente, por supuesto, emular a Nostradamus.